SIEMPRE AMOR (1976)

Comentario del libro:.

Publicado en el año 1976. Es el sexto libro de Matilde Camus. Contiene poemas que fueron  galardonados con la Flor Natural y Primer Premio en los Juegos Florales PEREGRINA (1975) en la ciudad de Pontevedra.  

Otros poema tuvieron  Mención Honorífica en el XIII Certamen Nacional de Poesía “AMANTES DE TERUEL” (1974). .

Es un compendio de cuidados poemas de amor, que se inicia en la primera página con una dedicatoria manuscrita a su esposo:  «A Justo: Te quiero en todo mi mundo y en cuantos mundos viviera»  D. Dámaso Alonso Presidente de la Real Academia de la Lengua Española, ya anciano y casi ciego se hacía leer repetidas veces los poemas de este libro. .

FERVIENTES ROSAS

Te brindo fervientes rosas
abiertas, latiendo amor;
en la cima del ardor
te dirán cálidas cosas:

 La pasión que por ti siento,
mi cariño tan humano
y este vivir cotidiano
que fortalece mi acento.

 MÁS TUYA CADA VEZ

Tanta emoción en mí tanta dulzura
al disfrutar amor en incremento
que siento el sentimiento; gozo siento
cuando cercan tus brazos mi cintura.
 .
Llevo sobre los labios la ternura
del ascua que me sirve de alimento
y siento el sentimiento: gozo siento
realizada en grandeza de mensura.
 .
Formada fui de arena enamorada.
Más tuya cada vez, más arraigada
a tu tierra de vértigo creciente.
 .
Mi sangre, savia y trino, lleva fuego
en espiral ardor; profundo riego
cuyo caudal te adora consecuente. .

SOÑÉ

Soñé que entraba en tus ojos,
amor,
y me bañaban verdores
cruzados por verde sol.
 .
Soñé con tiernos laureles
-esperanza de color-
y soñé
con mares verdes, radiantes,
de impulso avasallador.
 .
Soñé, soñé tantas cosas,
amor,
en tus verderosas aguas
que aumentaba mi rubor.
 .
Soñé con algas – calocas
de fuerte coloración-
y soñé
con amaneceres verdes
de mágica seducción. .

QUIÉREME SIEMPRE

Me dices que me quieres vivamente,
que te alegra la luz de mi sonrisa.
Quiéreme siempre, quiéreme sin prisa,
dueño del corazón de mi torrente.
 .
La tierra vigorosa y floreciente,
ubérrima de sol, sabe precisa
que sólo a tu pasión cedo sumisa
la razón emotiva de mi mente.
 .
Quiéreme siempre, ¡siempre! cada día.
Quiéreme desbordada; dulce ría
intensidad de albores y fervor.
 .
Quiéreme realidad, ansia o quimera.
Sabes, mejor que yo, cuánto te diera
pues conocer la fuerza de mi amor. .

SI ME FALTAS

Con plenitud que dora mi contento
se satura el instante de tenerte;
pero vuelvo a soñar con poseerte
y vivir la emoción de tu elemento.
 .
De coral y de seda va mi acento
pregonando delicia, por la suerte
que grana mi razón. La misma muerte
no menguará el delirio que sustento.
 .
Si me faltas me quiero como el día.
La vida sin tu amor es agonía
prolongada en angustia sin consuelo.
 .
Moriré si me dejas. Si la ausencia
me prohíbe gustar de tu presencia
no habrá sol en el área de mi cielo. .

CALLA

Calla,
no hables esta noche.
Deja que las sombras pasen
entre tu cuerpo y el mío.
Formemos un mundo aparte.
 .
Calla,
que amor es silencio.
Lleva locura de sangre
y su rincón es tan nuestro
que no queremos a nadie.
 .
Calla,
que los peces duermen.
Silencio, que pasa el aire
y en nuestro tiempo callado
su presencia ya es bastante. .

LLUÉVEME, AMOR

Lluéveme, amor.
Lluéveme con aliento de agua viva,
con peregrina lluvia de templanza
o con lluvia de tacto.
Me llueves todo tú.
Eres mi lluvia de oro y desvarío,
mi lluvia de luceros que me enciende,
mi dorada llovizna que anaranja
el cielo que me llueve.
Eres diluvio de alma
que suaviza su fuerza en arco iris
al traspasar la luz de mi existencia.
Lluéveme amor.
Que la lluvia esencial de tu caricia
sea lluvia de sol para mis labios,
tempestad de emoción en mis sentidos,
aurífero turbión sobre mi pelo.
Lluéveme, amor.
Que tu lluvia tan íntima y brillante
sea lluvia de pétalos y bronces,
dulce rocío en mi vivir humano
con lenguaje de beso.
Lluéveme siempre, siempre.

MAS TUYA CADA VEZ

Tanta emoción en mí, tanta dulzura
al disfrutar amor en incremento
que siento el sentimiento: gozo siento
cuando cercan tus brazos mi cintura.

Llevo sobre los labios la ternura
del ascua que me sirve de alimento
y siento el sentimiento: gozo siento
realizada en grandeza de mensura.

Formada fui de arena enamorada.
Más tuya cada vez, más arraigada
a tu tierra de vértigo creciente.

Mi sangre, savia y trino, lleva fuego
en espiral ardor; profundo riego
cuyo caudal te adora consecuente.

CARICIOSO DE SOL

Caricioso de sol posas tu mano
sobre mi piel, radiando mediodía.
Tu devoción tangible, toda mía,
me dará dimensión de fin humano.

Galopan los corceles en el llano
y un ramillete, rojo de alegría,
despliega sus corolas a porfía
aumentando sazón de miel y grano.

El corazón se tiende, se reclina
en un vergel sin sombra. Se adivina
el influjo total de la existencia

y, en la secreta flor de terciopelo
donde la gracia lleva luz de cielo,
desarrolla la vida su potencia.

QUIEREME SIEMPRE

Me dices que me quieres vivamente,
que te alegra la luz de mi sonrisa.
Quiéreme siempre, quiéreme sin prisa,
dueño del corazón de mi torrente.

La tierra vigorosa y floreciente,
ubérrima de sol, sabe precisa
Que sólo a tu pasión cedo sumisa
la razón emotiva de mi mente.

Quiéreme siempre, ¡siempre! cada día.
Quiéreme desbordada; dulce ría
intensidad de albores y fervor.

Quiéreme realidad, ansia o quimera.
Sabes, mejor que yo, cuánto te diera
pues conoces la fuerza de mi amor.

TE DOY MI VIDA

Dentro de tus verdes vivos
se me perdió el corazón.
Tú no quieres devolverle,
vi vivir sin verdes yo.

Dentro de tus verdes quiero
perderme y seguir… amor,
a cambio te doy mi vida
bañada en verde color.

¡AY, QUE FELIZ SERÍA!

¡Ay, que feliz sería, si pudiese…!
¡Ay, si yo fuera tronco o fuese barro…!

Los poros de mi tierra se abrirían,
serían como ramas mis dos brazos
hasta morir y dar vida a tu muerte
con vegetal ardor y fuerza de árbol.

¡Ay, que feliz sería, si pudiese…!
¡Ay, si yo fuera arena o fuese prado…!

guardaría mi entraña los rumores
del caminar ansioso de tus pasos
y mi cuerpo de conchas o de yerba,
prendería tu huella en su regazo.

¡Ay, que feliz sería, si pudiese…!
¡Ay, si yo fuera el agua de un remanso…!

 Podría reflejar tu imagen viva
En mi cristal de tiempo sosegado.
Serías rostro eterno y amoroso
En el húmedo cuenco de mi mano.

ENCANTAME

Encántame
en ingrávidas noches de misterio.
Dame la luna plena
de tu paisaje ameno,
espigado de vértigos que fulgen
con el prodigio del amor eterno.
Abraza fuertemente mi cintura
y llenarás mi vida con tu fuego.
Encántame
en la tarde lastrada de silencio
acercando los labios quemadores
hasta rozar mis hombros con tu aliento.
Aumenta la pasión de tu vehemencia,
manante y en desvelo,
y seré siempreviva enamorada
desposado de sol todo mi cuerpo.
Te espero avariciosa de tu suma,
devanando copioso sentimiento
de prisma inalterable; concentrado
en todo tu elemento.
Mi existencia se siente realizada,
henchida de procesos
que maduran mis pasos por la vida,
reafirmados, tangibles, verdeciendo.
Tuyos son mi presente y mi futuro
desde el mágico día del encuentro.

 SOY TU MUJER

Soy tu mujer. La tierra y la ternura
forjan mi corazón crecido y lleno
para darte el aroma de mi misma
en fogosa locura o en tempero.
Soy tu descanso. Paz que necesitas
si te conmueve el aire frío y seco
de injusticias veladas,
frenadoras de impulsos y de sueños.
Soy dulce y firme, espuma trascendida
en alma profundísima de cielo…
En las auras que buscas verás siempre
mi corazón disperso.
Soy equilibrio. Dejaré en tu vida
unas veces templanzas, otras fuego;
abrazaré los cálidos hervores
del humano sentir de tu deseo
con emoción sublime. Soy certeza
en un ritmo espontáneo, manifiesto.

SIENTO TU VOZ

 Siento tu voz en mí
aún discreta y escasa de palabra,
preciando valores concentrados
Cada vez que me llega y nos hermana.
Siento tu voz en mí:
Expresión generosa que me calma
Al diluir los posos de amargura
Que dejaron ausencias dilatadas.
Tu voz, rítmica y tersa,
Donante de inflexiones siempre gratas
extiende sus cristales trasparentes
y, dispersando amor, amor inflama.
Su entrañable ternura,
cualidad en medida extraordinaria,
derrama bienestar;
pone en mis horas grises esperanza
y, con ella, los días resplandecen
fecundos de sonrisa cotidiana.
Espero siempre su metal sincero
de trino y madrugada
y quisiera beber sus puros sones
de caricias sin fin, nunca de espada.
Cuando me llega en tono mesurado,
remisa en la distancia,
descubro conmovida el noble esfuerzo
que hubo de realizar en su jornada.
Entonces me introduzco en sus afanes,
en el acre tañido que propala
y la doy ¡tanto amor!
que recobra nivel su resonancia.

BRINDIS

Por ti, corazón.
Por nuestro mismo cielo.
Por el amor que habita nuestra sangre
llenando nuestro pecho.
Por esta vida intensa que nos une
y sigue dando fuerza a nuestro intento.
Por todos estos años que me has dado
plenos de soles tersos.
Por el amanecer de cada día
profundo de tu beso
que disuelve mis sombras más tenaces
y se hace flor, volumen, pensamiento.
Por ti, corazón.
Por nuestro largo encuentro
que ha sido y será siempre,
el más bello motivo que sustento.

VOLANDO VOY

Volando voy, amor, a darte alcance
para apoyar mi boca en tu garganta
y ofrecerte el coral de mi desvelo
que tú recogerás cada mañana.
Volando, cristalina como el aire,
creciéndome calor en la palabra
y cubierta de mayor realizados
en eclosión de vidas duplicadas.
Quiero hacerte dichoso, mientras viva,
expresiva de cuido y de constancia,
con el fervor profundo de mi pecho
y mi cintura frágil y delgada
convertidos en campo venturoso
del ideal que buscas en mis aguas.
Volando voy, amor, siempre volando
a ti, que me codicias y me encantas.

MIENTRAS DUERMES

Siento cerca tu vida
y los rojos colores de los besos
que dejaron matices bronceados
en el filo granado de mi pecho.
Estoy próxima a ti,
soy calor en la piel de tu silencio,
emoción duplicada en los abrazos
al rodear con mimo tu sosiego.
A tu lado, contigo,
turbada de presencia y en desvelo
me retoñan poemas; permaneces
todo sol trascendido en el ensueño.
Un prodigio me dicta la palabra
abundosa, tiernísima de acento
en diálogo de amor, plena de azules
junto al dulce mutismo de tu sueño.
Conmovida de sombra
porque el sigilo es plácido secreto
me voy ciñendo a ti, íntima y tuya,
en el callado tiempo.
La existencia prosigue reclinada
como suspiro amante, puro, lento.

 LLUEVEME, AMOR

 Lluéveme, amor.
Lluéveme con aliento de agua viva,
con peregrina lluvia de templanza
o con lluvia de tacto.
Me llueves todo tú.
Eres mi lluvia de oro y desvarío,
mi lluvia de luceros que me encienden,
mi dorada llovizna que anaranja
el cielo que me llueve.
Eres diluvio de alma
que suaviza su fuerza en arco iris
al traspasar la luz de mi existencia.
Lluéveme, amor.
Que la lluvia esencial de tu caricia
sea lluvia de sol para mis labios,
tempestad de emoción en mis sentidos,
aurífero turbión sobre mi pelo.
Lluéveme amor.
Que tu lluvia tan íntima y brillante
sea lluvia de pétalos y bronces,
dulce rocío en mi vivir humano
con lenguaje de beso.
Lluéveme siempre, siempre.