PERFILES (1980)

Comentario del libro:

Este libro es editado en 1980. Lleva una introducción de la autora, en que explica la razón del libro, el canto a personas que conoció y la enriquecieron, también los que tuvo la fortuna de sentir como amigos, ella que valoraba mucho la amistad.

Todos los poemas están dedicados y en cada uno intenta reflejar el retrato, modo de ser ser, pensar y sentir de a quien es dedicado. Abundan los poemas dedicados a su esposo e hijos. 

Se inicia con un autorretrato poético de la autora: SOY y termina con un hermoso canto A TODOS MIS PAISANOS.

La portada, que acompaña a éste libro local, representa a Peña Cabarga, fue realizada por su esposo Justo Guisández.

SOY

Soy fuerte corazón. Alma que sueña.
Una mujer de paso firme y breve.
Una forma de vida en cada instante.
Una larga mirada que se pierde
en el gris anchuroso de lo eterno
con donante fluir de aconteceres.
 .
Soy voluntad precisa. Claro verbo.
Codiciosa de afectos envolventes.
Exultante de luna, enfebrecida,
un místico latido me revierte
a las manos dulcísimas del aire
en magical ventura de corriente.
 .
Soy vigor vertical. Pulso en desvelo.
Pasión inquieta que detecta siempre
el tiempo de acusada nervadura
que nos ama o nos punza fieramente.
Vivo en tensión constante. Sin relevo
va mi ligero paso hacia la muerte. .

TU ANTEPASADO Y TU

-A Emilio Botín-Sanz de Sautuola-
Tu antepasado y tú.
Faros distintos;
pero con dimensión gigante
para esta tierra
                                                              que os vio nacer.
 .
Hoy, Santander se nombra
más allá de su mar y sus montañas.
Es cuna del saber,
luz prehistórica,
                                                           y pulso de finanzas
 .
Donde el vuelo del águila
sirve de paralelo; se le cita
como a genio que, oculto,
le protege y eleva
con suma inteligencia .

DUENDE DE CAMPOO

– Al P. José Calderón –
Buscaba por todo el valle
a su cronista oficioso:
“Duende de Campoo” curioso
que vagaba por la calle
tomando nota y detalle
en su límpido cristal.
Construía su panal
libando en la vida humana.
Le buscaba una mañana
con tristeza sin igual.
 .
Campoo se quedó sin “duende”
cuando le llevó el Amor,
cobijándole en la flor
de un copo de luz creciente.
La negra noche se tiende
sin hallar inspiración
y el Ebro, partido el son,
lleva acento plañidero.
Solloza el pueblo sincero
con luto en su corazón. .

ESCUCHÉ TU VOZ

– A Jesús Cancio-
 De niña conocí tu desmesura
sintiéndome a tu lado más pequeña.
Luego escuché tu voz. Voz ribereña
sangrante de pasión y de amargura.
 .
Te veo Cancio. Pienso en tu figura,
sentado en un cantil o en una peña.
Veo girar tu frente marfileña
inclinándose al mar desde la amura.

De bruma tu mirada se ha llenado.
Tus cabellos la espuma ha blanqueado
y hay temblor de galerna en tus mejillas.
 .
Veo tu anciano cuerpo que se pierde
en el paisaje nuestro, gris y verde,
o en la anchurosa playa de Comillas. .

SEÑOR DE LA CASONA 

– A José María de Cossío –
Ya nunca gozaremos la emoción
de tu agudeza sana y retozona.
Ni volverá a esperarnos tu persona
llena de humanidad y corazón.
 .
El pueblo se consume en aflicción.
El fresno de tu huerto se abandona
en tanto tú, Señor de la casona,
no vuelvas al calor de su rincón.
 .
Sin tu amada presencia, solo frío
sentimos al llegar. No hay atavío
porque sin ti la aldea está vacía.
 .
Ahora que te has ido, que no llegas,
caminaremos por Tudanca a ciegas
con tristeza de pájaros sin guía. .

AFRONTAS EL PELIGRO

    – A Vital Alsar –
Caminos de la mar surcas a diario
bajo nieblas o sol de calentura.
Vas dejando la estela de la dura
raza de tu Cantabria. Temerario

 afrontas el peligro legendario,
primitivo en acción. La botadura
de la nave que fletas, que te apura,
te convierte de nuevo en visionario.

 Navegante que busca por los mares
rutas de libertad. Los avatares
nunca reducirán tus aventuras.

 Cuando sacies la sed en un mañana
te soñaré asomado a la ventana
evocando pasadas singladuras.

ERES LA DULCE PAZ

Eres la dulce paz soñada, esposo.
Eres abierta luz en mi negrura
cuando tu pecho fuerte se apresura
a darme su latido vigoroso.

Eres el árbol recio y poderoso
donde apoyo mi débil contextura.
Me das fuerza y amor, me das ternura
en afán triplicado y generoso.

Eres para mi ser valor profundo.
Claridad en la noche de mi mundo
y eterno compañero de camino.

Las raíces que hundimos en la tierra
han prendido. Sus troncos en crecida
llevan sabia de cielo en su destino.

A TU COSTADO

   – A mi hijo Justo Francisco –
Tu labor es sincera porque siente
la justa dimensión que nos iguale;
más, no olvides el don que sobresale
siendo suma verdad sobre la mente.

Tu directriz mantiene el aliciente
de saber cuanto quiere y cuanto vale.
Si te empuja con fuerza que no tale
tu raíz, por si muere la simiente.

En tu sentir descubro transparencia
y, como madre, digo: la conciencia
será para tu norte el mejor guía.

Si los demás se fueran de tu lado,
yo, con el alma llena, a tu costado,
daré mayor valor a tu porfía.

VUELO DE ESTRELLAS

– A mi hijo Francisco Javier –
Hay latidos en el aire
de corazones abiertos.
Hay escarchados sentires
en los azules senderos.
Hay mil pisadas de pájaros
con alas en desperezo.
Allá arriba, en el espacio,
hay mil ojos bien despiertos.

Misterios de luces verdes
que llenan mis pensamientos.
Cientos y cientos de pulsos
en constelados aceros.
Amaneceres partidos
por esos aviones nuevos
que tú irás a pilotar
mientras yo trenzo mis rezos.

Madre… ¡Quiero ser piloto!
Para bañarme en luceros,
Para embriagarme de luna,
para llenarme de cielo.
Hijo… ¡Quiero ser poeta!
Para soñar con tus sueños,
para alfombrarte de rosas
esas rutas de tus vuelos.
Para deshacerme en flores
sobre las nubes y el viento,
marcando bien los caminos
que te ayuden al descenso.

NUEVAMENTE UNIDAS

 – A mi hija Matilde –
Hoy, nuevamente unidas,
 sintiéndonos,
porque la vida es fiel
                                                           y nos devuelve
lo que una vez lloramos
sobre el aire.

La vida es maternal.
Y su calor de tierra
acerca los recuerdos

                                                       inmarchitos
donde el amor fue todo
y brotaba alegría del paisaje.
En la distancia;
pero siempre juntas,
 sabiéndonos el mismo manantial,

                                                                      el mismo río
crecido, en dos tiempos
de la misma sangre.

AMANECEN DOCE SOLES

– A mi hijo Miguel Angel –
Amanecen doce soles;
doce luceros en flor;
doce auroras
sublimando regocijo
de creciente resplandor.

Doce claveles gozosos
que van sumando vigor;
doce impulsos
de ternura cotidiana
enraizada con amor.

Doce promesas radiantes
de adolescente calor;
doce sueños
por los mares legendarios
de los peces de color.

Doce alazanes briosos
desplegando su valor;
doce espigas
granadas con la alegría
de un tiempo prometedor.

A TODOS MIS PAISANOS

A todos mis amigos, mis paisanos,
gozadores de ingenio prepotente,
que luchan con denuedo en el presente
para darse a futuros más humanos.
 .
A todos los artistas, -mis hermanos-,
que viven inquietud constantemente.
a los que aran el campo bravamente
bajo un cielo de tonos entrecanos.
 .
Quienes viendo la luz en este suelo
faenan en la mar, llenos de celo,
llenos de nuestras costas y montañas.
 .
A todo campesino que se afana
en su amor a la tierra, y no profana
las raíces que llevan sus entrañas. .

DERRAMANDO ALEGRÍA

– Al P. D. Miguel Manso –
Desde que nace el alba,
cada día,
te rodean raíces inocentes
inmersas en penumbra y en vacío.
 .
Tu, alimentas su círculo
con el efluvio del cariño santo.
Vas despertando en ellas
las verdes esperanzas,
las blancas ilusiones.
En sus mentes brumosas y expectantes
las sombras se despejan con amor.
Tú, las rescatas
del tiempo entristecido,
derramando alegría en su confianza.
 .
Flores sutiles
en la dura prisión de lo imposible,
te llueven,
te reclaman,
se aferran sin temores
a tu profundo vínculo crecido
y pueden sonreír, porque sonríes