RAÍZ DEL RECUERDO (1984)

Comentario del libro: 

Se publica este libro en el año 1984. El recuerdo fue siempre un compañero a lo largo de la vida de Matilde y en éste libro adquiere su máximo protagonismo.

Comienza con una Dedicatoria: » A mi marido, hijos y nietos, con todo mi amor, estos poemas que hablan de mi niñez en el recuerdo. También a mi padre, que la vivió y a quien sigo amando como entonces»  El cuerpo del libro se inicia con un Prólogo poético  que dedica también a su familia y desvela algunos porqués del libro. Es uno más de sus libros intimistas de su primera etapa como poeta. Matilde hace una introspección a sus vivencias de niñez, con ternura y una palpable melancólica nostalgia. De notar el poema autobiográfico:  RECOGÍ LA PRIMERA PALABRA.

A lo largo del libro, refuerzan sus poemas reflexiones de Gerardo Diego, André Maurois, Fredor Dostoievski y también reflexiones personales de la autora.

.La portada e ilustraciones del interior son de Matilde Camus. La pintura de la portada es la obra de la que estaba más satisfecha.  En  la Contraportada,  explica con su poema  AMOR EN EL TIEMPO, el significado de la portada, con estas palabras: «La portada representa, gráficamente, el siguiente poema que se publicó en mi libro CORCEL EN EL TIEMPO»  Termina el libro con un EPILOGO POETICO, con un hermoso y sentido poema dirigido a nosotros, sus hijos para cuando ella falte: CUANDO PENSEIS EN MÍ.

Todas las ilustraciones de éste libro, están enmarcadas y se conservan en el Centro Cultural Fernando Ateca en Monte. La portada está en mi poder..

PARA VOSOTROS 

– Prólogo poético –
Para vosotros, porque siendo míos
daréis continuidad a mi existencia,
la emoción entrañable
de legaros mis años sin relieve;
pero auténticos;
de buscar en la hondura
el brote estilizado del recuerdo
que,
                                          poblado de luz,

aclarará momentos ya lejanos;
los que anida la mente
replegados en pulsos escondidos;
los distintos sucesos, que forjaron
aquel ayer sencillo de mi vida;
lo nunca repetible.
 .
Para vosotros, porque siendo míos,
sabréis interpretar mi paso antiguo,
el compás de mi sangre en otra etapa,
la claridad nacida en los suspiros
del tiempo
                                                            y del espacio que viví;

que nutre mis nostalgias, espejeando
vivencias del pasado, a vuelta de hoja.
 .
Para vosotros, mi cariño
desde el cáliz profundo de mi ser,
con expresión sincera,
por si llego a alejarme prontamente
sin poder informaros;
sin tender ese lazo perdurable
con los que fueron nuestros.
                                                                                     y a todos precedieron.
 .
Sólo así, dulcemente,
con la palabra escrita sin rodeo,
podré calar los hechos del pasado
y, al salpicar el vuelo de mí misma,
volcar todos los ecos
                                                                                          en vuestro corazón

y en vuestro pensamiento.
 .
También para vivir mis primaveras
niñas e inmarcesibles
cobijadas con mimo, desde siempre,
en mis hondas pupilas melancólicas.
 .
Hoy, que todo me brota y reverdece
clareando momentos muy sentidos,
se estremece mi voz
que os ama vivamente. .

ESPEJO DEL AYER

Quisiera revivir abiertamente
instantes de comienzo no violados,
a fuerza de poner en retroceso
el pensamiento
                                                                         y el cerebro en tensión,

sin dejar en reposo la palabra
que puede darles vida.
 .
Espejo del ayer, imagen pura
de latidos granados,
desde su fondo activo;
los que dando vigor al sentimiento
le mandan desde atrás,
                                                                    en arranque fluido,

aproximando acciones sin torsión,
con entidad genuina en el trasvase
de lo nunca perdido. .

TANTAS RAÍCES MÍAS

Tantas raíces mías
duermen en esta tierra enamorada;
tantas,
han dejado la impronta de su vida
con sudor de trabajo
en años de existencia,
                                                                           con frío y humedad,

que mi verso despierta enardecido
y pulsaciones íntimas, coherentes,
me dictan sin descanso
                                                                             con el amor profundo

que proyecta sucesos escondidos
en la mente.
 .
Todos llevan latidos primigenios,
conforman mi sentir
crecido de la hondura y me transmiten
la tierna sencillez
de imágenes que fueron y perduran. .

VOY A BUSCAR MI INFANCIA

Voy a buscar mi infancia
en la raíz profunda del recuerdo
que guarda, íntimamente,
el antiguo rescoldo; que se nutre
de emociones lejanas
                                                             siempre frescas.

De aquel calor humano del hogar
que codicioso late
en cada pulsación de mi envoltura
sustancial, recóndita en el alma.
 .
Y si ello no bastara,
ni trajera verdad en las imágenes
que afirman y concretan,
iré a la regresión de las pisadas hondas,
                                                                                    al reencuentro con el YO

primitivo y robusto, afirmativo;
aquel que, potenciando la vigilia,
mantiene los instantes
y pervive tan real en la memoria,
que nunca nos traiciona. .

VUELVO A VIVIR

Si intento ir hacia atrás,
si retrocedo, rápido, al ayer
de la actuación pretérita,
                                                            si informo,

vuelvo a vivir los hechos del pasado
integro, insobornable,
con todos los detalles peregrinos
que me vuelven sencilla, sin escarcha;
que me traen abundancia de matices
rosados; que sonríen
                                                                               bañando el pensamiento,

reverdeciendo sombras no marchitas.
Si me detengo en el minuto exacto
obtengo los valores, donde beben
claridad los motivos;
saboreo fielmente
                                                                         evocaciones tiernas

que un día conformaron mi camino
con los seres queridos que se fueron;
con el hogar maduro
de las propias raíces no perdidas.

JUEGO DEL AVION

         Comienzo a darme cuenta de que existo
y son cinco años, justos, los que cuento.
Los he cumplido hoy,
veintiséis de un septiembre soleado
y hemos llegado a Monte, a la casona
de la abuela paterna, a celebrarlo.

¡Qué delicia el corral para mis juegos!

        Con una rama dura, bien punzante,
voy trazando en la tierra
el fuselaje, a cuadros, de un avión
cuyas piezas numero y canalizo.
Uno, dos, tres,

                                                  -descanso-

Cuatro, cinco, seis y siete…
Vuelta al frente, a repasar.

        Tiro “la pita” al cinco…
Y descubro admirada que ese número
es, justamente,
                                              el de mis años.
¡Qué bien cuando cumpla siete!

UN DÍA DE VERANO

Está la yerba a punto de la siega,
ávida de un buen corte;
hasta el rocío tiembla sobre el prado
y se reparte en perlas y cristales,
que evapora el calor
                                                                 o aventa el aire.

Soy la única nieta.
Tan alegre y tan niña
que “la casa sonríe cuando llego”.
Esto dice la abuela a su marido,
-padrastro de mi padre-.
Que mira cejijunto, cuanto salto
dos escalones

                                                           de una vez,

con pocos años.

Las arrugas se le hacen más profundas;
pero hay siempre bondad en sus pupilas
y acaricia con mimo mi cabeza,
que llega poco más que a sus rodillas.

Es alto, muy delgado,
parco en risa y palabra.
Viste corto blusón de ganadero,
calza negras albarcas carmoniegas
 y carga,
                                                              con presteza,

“el garrote” de yerba sobre el hombro.

UN VERANO FELIZ

Dos meses deliciosos con la abuela
y, en este mediodía sin letargo,
la caricia del sol se hace más íntima
como si vislumbrase
que mañana regreso a la ciudad.

Ella limitará mi libertad.
ya no podré mirar a las estrellas
desde el huerto

                                                                      en las noches de luna;
ni viviré el misterio de los prados,
donde anidan aromas perdurables
y hay presencia de gotas de rocío.
                 Hoy, por  última vez,

                                                                  iré hasta el mar
para escuchar su voz fuerte y rotunda
saltando sin cesar de roca en roca
con dominio mudable.

Después a cielo descubierto,
diré adiós a los líricos maizales,
a los chopos amigos,
al nogal de la huerta,
a las grandes higueras ya cargadas,
al nido del alero,
a las palomas,

                                                                               y a tantos animales

que han sido compañeros de mis juegos.

Todo en la aldea tiene su lenguaje,
sus mágicos cantares, su equilibrio,
y un embrujo amoroso que nos llama.

PRIMER DÍA DE COLEGIO

Había sido libre…libre…libre…
disfrutaba corriendo por los prados;
confundía mi voz,
                                                              sencilla y clara,

con el bramar del mar, sobre las rocas
que llaman “Rosamunda”, allá en mi Monte
saltaba felizmente
como el más atrevido cervatillo,
sin freno ni atadura;
pero estoy prisionera
y sufro la primera reclusión
de mi existencia
                                                                                     al cumplir los cinco años.

Tan solo disminuye mi congoja
la faz blanca y risueña
de la imagen anclada en el jardín,
entre flores y arbustos.

¡AY, TUS OJOS, ABUELA!

¡Ay, tus ojos, abuela! Ya no miran
como hacían al verme.
Pienso que estás enferma, muy enferma.
Tan quieta que no atiendes mi llamada
y tus manos, caídas
sobre la blanca colcha de ganchillo,
no acarician mi frente.

                                                                                          Yo tan niña y mi dolor tan grande.

Me oculto en un rincón
porque nadie repara en mi presencia;
ni siquiera contestan mis preguntas
que quedan en el aire y el silencio.

Todos están con labios apretados
y sorprendo sollozos contenidos
en fusión de suspiros.

Miro al huerto cercano.
La panoja está llena, ya crecida
con su amarillo de oro.
Es el mes de septiembre. Hace bochorno.

A lo lejos, los giros de los pájaros
agrandan mi pesar,
al comprender que pronto emigrarán
y no podré gozar su compañía.

Subo al pajar sin prisa
a descansar temores que me rondan
y me crece la yerba entre las manos
escapándose en briznas por mis dedos,
con olor delicioso a campo seco.

Sobre el largo ventano del nordeste
contemplo  las arañas

        que trabajan su encaje;

 a las rubias hormigas laboriosas
que atropan alimento sin descanso.

Llega papá a buscarme. Está tan triste,
que comienzo a llorar
y siento que la pena se me achica
entre sus fuertes brazos.

No puedo despedirme de la abuela.
Dicen que está durmiendo un largo sueño
 y ya no la veré…

TRAVESURA

Nace el día con luz apasionada.
Me incita a realizar la travesura
de la luna andariega,
                                                                              desde el gran mirador:

Cuesta de la Atalaya, 3-3º derecha.
Casa donde nací.

Si hay algo que me anima y entretiene
es el juego atrevido del espejo;
la proyección burlona de su luna
que curiosea,
                                                            al reflejar el sol
en todas las fachadas.

Luz, luz, blanca sonrisa
de círculos movibles,
retozando en aceras y tejados
con claridad de estela volandera,
cuando mueven mis manos el espejo
y descubro rincones
                                                                                    siempre insólitos. 

   VIVIMOS LA GUERRA

Se ha muerto la alegría en los hogares
con el olor a pólvora y metralla
y crecemos un hambre adolescente.
que nos hace enterarnos del dolor
y abrazarnos al miedo de los días
por los que mueren lejos.

Era el verano nuevo, tan reciente
que trepaba a los árboles su brillo;
pero la guerra ha roto su escalada
de vida con la muerte;
ha golpeado pueblos sin piedad,
llevándose a los jóvenes al frente
a filo de cuchillo.

Recuerdo al acostarme que era niña;
pero creció mi mente tan deprisa
que, al despertar,

                                                            me he sentido mujer
casi madura.
Lloro desde mi fondo sustancial
y comienzo a intuir
que mi llanto no es mío solamente.
Es el llanto de todos los latidos
atados al proceso de la guerra
que no hemos deseado,

                                                                                        que nunca entenderemos,
que nos sabe a raciones de amargura,
a tierra sin cultivo ni rebaños,
a corazón, sin luna ni epicentro
en su razón, sin paz.
                                                            ¡Con muerte!

 CUANDO PENSEIS EN MI

Cuando penséis en mí
recordad solo afanes y cuidados.
Vuestra bondad será
el mejor homenaje para mi alma.

Cuando penséis en mí
perdonad, generosos, mis errores.
nunca dejé de amaros
porque fuisteis la esencia de mí misma.

Cuando penséis en mí
sonreíd y rezad al mismo tiempo.
Vuestra dicha será
el calor que me abrace en la distancia.

AMOR EN EL TIEMPO

Si me pierde el calor de tus sentidos,
si no encuentras el modo de soñarme,
ve acariciando el aire donde estuve,
dónde aún puedo estar inalterable.

Si es frágil el recuerdo, si desciende,
si se acerca al olvido de la tarde,
recorre dulcemente la invisible
figura de mi cuerpo de cristales.

Si tu fuerza me llama y no respondo,
si soy niebla que moja, que no arde,
recuerda aquel aroma que vivías
en el ascua profunda de mi carne.

Si regresé a la tierra, a las raíces ,
si no puedo seguirte por la calle
no dejes de buscarme con ahínco
en la flor escondida de tu sangre.