Comentario del libro:
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Fue un libro escrito desde lo más profundo de la Fe y el sentimiento, tras unos Ejercicios Espirituales que vivió la autora. Se inicia con un Poema – Oración, que explica el estado de ánimo y propósito que la llevaron a escribir este libro.
Fue Pregonera de la Semana Santa de Santander, el año 1981 en que se editó y un año antes de morir en la Semana Santa del año 2011 fue este Vía Crucis el que se hizo por el centro de la ciudad.
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La portada fue realizada por Victor Orizaola, pintor y escultor nacido en Santander.
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ORACIÓN
Traigo, Señor, el pensamiento puro.
Las ideas profundas y directas.
La piedad y la fe como dos rectas
torres. La voluntad del ser maduro.
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Buscaba la Verdad y Tu agonía
dio respuesta cabal a la porfía
interesada en esas dos preguntas.
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Seguiré cultivando la apetencia
de llegar más al fondo de la Esencia
que, sólo Tú, confirmas y conjuntas.
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JESÚS CONDENADO A MUERTE
Ha levantado el alba. Nace el día
con sentencia de muerte, Nazareno.
Sigues donando Luz, siempre sereno,
mientras el orbe en sombra desvaría.
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La turba, con tremenda alevosía,
destroza Tu sayal de hilo moreno
hasta rasgar Tu carne. Desenfreno
que conduce, sin pausa, a la anarquía.
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Tanta flaqueza -barro desdichado-
conllevan las raíces del pecado
que el alma, sin defensa, se lesiona.
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El vértigo del mundo no sosiega;
pero Tu gran amor, vital entrega
de magnitud divina, nos perdona.
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PRIMERA CAÍDA
Padece el árbol por las propias hojas
y cae, primera vez, Tu cuerpo en tierra.
Sigue fluyendo Gracia. No se cierra
el manantial florido que deshojas.
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El dolor es visible en gotas rojas.
Va tiñendo el espino, que se aferra
a Tu pálida frente como sierra.
Con tanto sufrimiento nos sonrojas.
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Cristo mío. Te sigo con premura
por si lograr pudiera, en el Calvario,
alzarme hasta Tu campo sin frontera.
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Crece mi fe y mi alma se depura
en la ofrenda divina del Sagrario
donde bebo la Vida verdadera.
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EL ENCUENTRO
Como la Luna, yerta y desolada
víctima de la angustia más penosa,
buscas al Hijo amado, silenciosa,
para cruzar con El febril mirada.
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Todo se hace ternura ilimitada
al encuentro del Lirio con la Rosa.
Se agranda más la herida. Más sinuosa
es la ruta en el tiempo ya trazada.
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La emoción se ha perlado de rocío.
El momento se abrasa en puro Amor
y la Tierra suspira por María;
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pero el hombre, sumido en su vacío,
y, aún, llevando en el alma lo mejor,
cultiva indiferencia cada día.
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EL CIRENEO
El corazón del mundo ha gravitado
con amplio desamor. Tantas fatigas
hacen temer que caigas, que no sigas
hasta el lugar del Monte prefijado.
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Sólo un hombre comparte Tu cuidado.
Posible es que le mires y bendigas
porque Tú, que nos amas, te prodigas
en torrente de Adviento continuado.
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Porque soy pecadora, en mi presente,
compartiré la pena que Te embarga
para llevar consuelo a Tu sufrir.
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Si alguna vez, Señor, me ves doliente.
Si sostengo una cruz dura y amarga
¡ayúdame a llevarla… y a seguir…!
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CANTO DE RESURRECCIÓN
Ayer hubo tiniebla. Hoy alborada
que crece en rutilante Mediodía
y proyecta raudales de alegría
sobre la Tierra que quedó doblada.
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Se ha llenado el vacío. Llamarada
de profunda emoción, de sintonía,
porque el halo grandioso de este día
nos envuelve con Gloria inusitada.
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A Tu muerte quedó la vida oscura.
Con Tu resurrección hay Luz futura
que reporta consuelo a nuestra mente.
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Quiero besar, Amado, Tu sandalia.
Vivir con sencillez, como esa dalia
que medra en Tu jardín humildemente.